viernes, 19 de noviembre de 2010

Es tiempo de pensarnos

La creación de un blog puede representar (o no) un aporte más, tanto a la confusión como a la creación de una corriente de pensamiento. En estos tiempos, en que las corporaciones mediáticas intentan hilvanar la telaraña de la parodia nacional, los que resistimos solemos abroquelarnos en reuniones más o menos corporativas que nos ayudan a combatir una soledad que nos parecía ficticia, hasta la muerte de Néstor Kirchner, cuando descubrimos que sólo eramos una gran cantidad de soledades dispersas y siempre atentas a prestar batalla por la causa nacional y popular.
Pero esa batalla, que no es meramente de espacios, sino también de poder, nos lleva a disputar en cada paso y momento posible a cada una de las voluntades indecisas o inseguras, dispuestas a resistir, a diferenciarse, a ser rebeldes. Y redescubriendo la rebeldía como un estado de ánimo contrapuesto a la presencia de la injusticia, a la desigualdad, a la mentira y a lo adverso de lo cotidiano, también nos tomamos el atrevimiento de ligarla al espíritu joven y adolescente que pretende cambiar el mundo para revertir la adversidad y generar esperanzas, porque más allá de lo que indica el calendario, seguimos siendo rebeldes, seguimos teniendo ideales e ideas, y queremos compartirlas.
La Historia es un vehículo transmisor de esas ideologías, aunque eso le duela a más de un historiador academicista que, desde la inevitabilidad del culto a la fuente, nos intentan disuadir de que no hacen política con la Historia. Para ellos, nuestro más sentido pésame. Así como decretaron el fin de las ideologías, desde aquí nos animamos a proclamar el fin de la mentira y demostrar que la Historia es imposible sin ideología y viceversa. Para ellos, los Halperín Donghis y Romeros, nuestro más cálido saludo. Y para los que quieran sumarse y aportar, los invitamos a leerlos, pues es imposible identificar una mentira sin haber transitado por el sendero de la verdad. Que así sea. Bienvenidos a este pequeño espacio de reflexión.